Museo del Puerto Fluvial de Caesaraugusta

Fuente de vida y riqueza, el río Ebro ha nutrido Zaragoza desde tiempos inmemoriales. A finales del siglo I a.C., nacería el puerto fluvial de Caesaraugusta a sus orillas para convertirse en uno de los puertos más importantes del país.

El puerto unía Caesaraugusta con el corazón del imperio en Roma, ofreciendo la posibilidad de transportar productos como piezas de cerámica, mármol, joyas, sal, madera, hierro, lana o trigo.

El museo de un vistazo

La visita comienza con una proyección en la que se puede ver cómo funcionaba el sistema de transporte de mercancías a través del Ebro.

El recorrido por el museo nos lleva a descubrir los restos arqueológicos de la época romana, mientras que diferentes maquetas y vídeos con reconstrucciones nos permiten viajar en el tiempo hasta los momentos de esplendor del Ebro de Caesaraugusta.

Uno de los elementos más curiosos del museo es el Ebrómetro, un medidor localizado en la pared en el que se pueden ver las variaciones en el nivel del río desde tiempos romanos hasta el día de hoy.

El antiguo motor de la ciudad

El Museo del Puerto Fluvial de Caesaraugusta es uno de los más pequeños de la ruta romana de Zaragoza y es necesario añadirle una dosis de imaginación a la visita.

Como puntos positivos, merece la pena destacar que sus restos arqueológicos narran una parte imprescindible de la historia de la ciudad, cuenta con una ubicación muy céntrica junto a la Catedral del Salvador, y no es necesario mucho tiempo para visitarlo.